El claustro
Realizado de estilo gótico en el siglo XV, levantado sobre uno precedente del siglo XIV de estilo románico.
Cuenta con tres amplias arquerías apuntadas por cada uno de los cuatro lados, apoyadas sobre capiteles con decoración vegetal y figurativa. El espacio está cubierto por bóvedas de crucería que en las claves contienen representaciones de diversos escudos.
En el claustro se encuentran varios retablos del siglo XVIII de madera dorada y de pequeño tamaño que albergan las imágenes de San Luis Obispo, obra de José Salvador Carmona; San Sebastián al lado de la Capilla Bautismal y cuya imagen talló José Salvador Carmona; San Antonio Abad, y la Virgen del Pilar al lado del sepulcro del Chantre Juan García de Narváez.
Están dispuestos en este espacio la colección de diez grandes cobres flamencos del siglo XVI, copias o interpretaciones de Rubens, que aluden a la infancia y pasión de Cristo y la vida de la Virgen María.
Trascoro o Campo de la Virgen
Este espacio situado a los pies del templo acoge tres retablos barrocos del siglo XVIII. Uno dedicado a San Juan Bautista, estructurado con columnas salomónicas y estípites, donde además de la talla del referido santo, se disponen San Ramón Nonato y San Blas. También se encuentran dos retablos gemelos en el muro de poniente, los cuales contienen los lienzos de Santa Ana con la Virgen y el Niño y la Imposición de la casulla a San Ildefonso de Toledo.
Los muros de cierre del coro son obra de Pedro de Ybarra de 1561, con evidentes elementos renacentistas. Destaca la cornisa con piñas, sostenida por ménsulas cóncavas y entablamento ornamentado con un friso de tondos y cruces, en forma de tau, tanto por la zona interior como por la exterior. Se completa el desarrollo ornamental de este espacio con las esculturas de san Pedro, san Pablo, Santiago el Mayor y san Andrés. Se sitúan en ménsulas manieristas que son rematadas con representaciones de los cuatro evangelistas. Todas las obras son ejecutadas por Francisco Pérez.
El retablo del siglo XVIII que ocupa la parte central del trascoro estuvo dedicado a San Miguel, aunque en la actualidad lo preside la imagen de la Virgen del Rosario.
En el lado de la Epístola, el lado derecho del templo, se encuentra la capilla de San Pedro de Alcántara, patrón de la diócesis Coria-Cáceres.
El coro
El coro de la Catedral es el espacio reservado para la oración cantada del Cabildo Catedralicio que, en nombre de toda la comunidad diocesana, reza la Liturgia de la Horas.
Aquí se encuentra la sillería gótica de nogal, que es tallada en dos fases y compuesta por setenta y dos sitiales. La parte más antigua, la central, se concluye en 1489, completándose las restantes por el maestro Martín de Ayala. Los respaldos de las sillas altas se decoran con tracerías ojivales, que simulan ventanales, arcos apuntados y rosetones. El trono del obispo es enriquecido con un relieve de Cristo bendiciendo y sosteniendo la esfera del universo. La crestería del coro está formada con ornamentos manieristas, con motivos vegetales y figurativos.
Una de las piezas destacables es el facistol, obra barroca del siglo XVIII, adornado con hojarascas, jarras de azucenas y rocallas.
Cierra el coro una excelente reja gótica, con el escudo del obispo fray Juan de Ortega Bravo Laguna sostenido por ángeles sobre el dintel. Decorado con eses vegetales, querubines alados, candeleros y coronada por la figura del Crucificado. Fue realizada por Hugón de Santa Úrsula, ejecutada en 1514.
Los órganos
A la altura del crucero se encuentran los dos órganos de la catedral. En el lado izquierdo, el llamado “órgano grande”, reconstruido en 1802 por el maestro organero José de Verdalonga y sufragado por el obispo Juan Álvarez de Castro. Hay que destacar su hermosa caja, de estilo neoclásico, cuya altura alcanza al inicio de la bóveda del crucero. En el lado derecho, el llamado “órgano pequeño”, construido entre 1818 y 1819 por fray Antonio de Madrid, monje jerónimo. La caja de estilo neoclásico y la decoración es muy similar a la del órgano grande.
Sepulcros y reja del obispo Pedro Ximénez de Préxamo
En el lado del Evangelio de la capilla mayor, pueden observar los sepulcros y bultos funerarios de dos obispos de la diócesis.
Estos corresponden a los obispos Pedro Ximénez de Préxamo y García de Galarza, realizados ambos en mármol de alabastro. Ambos son representados en actitud orante, aunque el primero dentro de una arquitectura gótica y el segundo en una evidente arcada renacentista. Estos dos espacios funerarios coinciden también en la presencia de los escudos de los dos obispos y donde la decoración alcanza un alto nivel de detalle en las ropas y un fuerte naturalismo en la representación de ambos rostros.
Cierra este espacio la reja, de cuyo diseño original solo se conserva el primer cuerpo. En 1773 Pedro José Duperier la completa en estilo rococó.